miércoles, 22 de diciembre de 2010

LA MIRADA ESQUIVA

Navidad, un tiempo para disfrutar de nuestra gente, para brindar y para celebrar, para comer, para beber, para regalar, para derrochar alegría, sentimientos y dinero. Hoy es 22 de diciembre, el día de la lotería, día en que muchos son tocados por la diosa Fortuna y beberán hasta emborracharse pero para una mayoría es un día más, un día que tienen que seguir buscando un trozo de pan que comer y un poco de agua sucia con la que saciar la sed.
No busco remover conciencias, todos somos conscientes de que la vida es así y asistimos a una trágica función en la que podemos apartar la mirada, cerrar los ojos y simplemente esperar a que llegue aquello que no nos parte el corazón en dos.
La foto que hoy acompaña mis palabras es de Kevin Carter con la que ganó el Pulitzer en 1994, la historia, quizás leyenda, dice que Carter esperó durante más de 1/2 hora a que el buitre abriera sus alas, cosa que no ocurrió y que no se sabe qué pasó con la niña porque una vez realizó la fotografía se marchó, lo cierto es que tiempo después se suicidó, dicen que atormentado y sumido en una depresión por abandonar a la niña tras tomar la fotografía.
Más allá de la leyenda que acompaña la fotografía, es posible ver una realidad quizás lejana, sí, pero real, una realidad dura, cruel, agónica. Podemos apartar la vista, podemos evitar oír su llanto y no percibir el olor de la muerte, podemos, pero desgraciadamente nuestra mirada esquiva o mirar solamente aquello que queremos ver no lo hace menos real.
En un mundo en el que todos esperamos que alguien se ocupe de los problemas, en el que ya no creemos en nada, nos sentamos en nuestro círculo, aquel dónde nos sentimos seguros y vivimos ajenos a un mundo roto e inmisericorde quejándonos de que la cerveza no está lo suficientemente fría.
Hoy día de la suerte acordémonos un poco esa parte del mundo dónde la Navidad sólo es un día más.

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