lunes, 22 de noviembre de 2010

EL SENTIDO COMÚN

Quizás sea el menos común de los sentidos y a la vez el de más trascendencia y de menor aplicación, "Ha fallecido el sentido común", rezaba un correo que he recibido hoy en el que se realizaba un discurso demagogo acerca de los derechos y que comenzaba con verdades universales tales como "la vida no siempre es justa" con consignas como esta es fácil llegar a tocar la fibra sensible de cualquiera, porque todos, en mayor o menor medida hemos sufrido alguna injusticia.
Hoy en día estamos en una sociedad excesivamente garante y protectora en la que es cierto que, en muchas ocasiones nos sentimos indefensos, contradictorio sí, real también. Nos encontramos en un mundo en el que pese a la globalización existen minorías étnicas, diferentes religiones, ideologías políticas, tendencias sexuales y un largo etcétera de desigualdades y la sociedad pensó que había que aplicar el sentido común y crear leyes que nos igualaran a todos más allá de nuestras diferencias.
Cuando aflora la necesidad de aplicar el sentido común, se hace patente que lo hemos perdido, nunca me han gustado las prohibiciones, no me parece necesario que alguien, persona o institución, me diga qué está bien y qué está mal, pero lo es porque todos debemos tener las mismos derechos y las mismas oportunidades y la sociedad ha de velar por esa máxima, el problema que no somos capaces de solucionar es cuando convertimos el uso de nuestros derechos, el uso de nuestra libertad, en abuso.
Si echamos la vista atrás nos damos cuenta de que en un principio ha sido la autoridad o quien la tenía, quien se ha extralimitado en el ejercicio de sus funciones, aquellos a los que confiábamos nuestra seguridad, aquellos que debían cuidar de nuestra tranquilidad, padres, madres, hijos, profesores, policía, gobernantes, defraudaron nuestra confianza, tristemente no quedan tan lejos aquellos profesores que pegaban a sus alumnos, aquella policía represora o aquellos padres que hacían de la vida de sus hijos un auténtico calvario.
La sociedad intervino se dio cuenta de que algo no estaba bien y había que volver a aplicar el sentido común y trató de limitar los excesos de la "autoridad" y de proteger a la parte más débil de la sociedad en una cesión de fuerza tal, que hizo que se invirtieran los términos y la víctima de abuso se convierte ahora en abusador. Niños que pegan a sus profesores o compañeros, que violan y matan y que quedan impunes, el mundo al revés.
Lo cierto es que todo hecho tiene más de un punto de vista y quizás el niño de 6 años que según el correo fue acusado de abuso sexual, hizo algo más que besar a una compañera de clase o no, pero depende del titular o de quien narre la noticia puede parecer una cosa u otra, es probable que no pensáramos igual si hubiera dicho niño de 6 años atemoriza, pega y besa a una compañera de clase de forma reiterada, ocasionando el cambio de centro de la víctima.
La falta de rigor es también ausencia del fallecido sentido común, DEP.

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