jueves, 20 de enero de 2011

UN ALTO EN EL CAMINO

No sé por qué, ni siquiera lo pienso pero hoy pensé que el mundo se ha vuelto loco y lo peor es que yo iba dentro, noticias de muerte en el otro lado del mundo, inocencia arrancada a golpe de fusil, felicidad derribada a tiros, afortunadamente vivimos lejos del horror pero no lo hace ni menos cruel, ni menos cierto.


El viajero paró al oír su lamento
para cerrar los ojos, tomar aliento
y perdido en su pensamiento
se apagó el día, llegó el silencio
la noche da cobijo al mal fario
la muerte acecha dentro
encrucijada de dos caminos
sentado en el mismo centro
un par de flores muertas
adornan el triste suelo
la sangre ha teñido de rojo
la mirada del mundo entero
no hay agua que lave culpa
ni fe, ni ilusión, ni dinero
tan culpable es él que ejecuta
como él que permanece ajeno
mira sus manos y se pregunta
por qué sigue la vida
naciendo en terreno yermo
por qué paz, amistad y alegría
no germinan al mismo tiempo
por qué todavía hay estrellas y luna
brillando en el firmamento
por qué el ser humano no para
a preguntarse por un momento
a qué tanta locura
a qué tanto sufrimiento
por qué no gana la esperanza
su batalla con el tormento
por qué ya nadie escucha las sonrisas
que escondimos en el viento.

No hay nada tan bonito y tan frágil como la sonrisa de un niño, intentaré que nunca se rompa.

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