jueves, 17 de febrero de 2011

EL DESTINO EN SUS MANOS

Todo pasa por algo y si es así por qué pasa, quizás sea la máxima expresión de un sistema determinista, es decir, todo está causalmente fijado por una infinita cadena de eslabones causa-efecto.
¿Existe realmente un destino al cual no podemos escapar? y si es así, dónde estaría nuestra libertad para elegir, ¿dejaría ese destino pistas sobre su comportamiento futuro? y ¿para qué iba a hacerlo si es imposible cambiarlo?, para qué si bajo ese prisma, absolutamente todos nuestros actos están determinados y nada podemos hacer por cambiar nuestro destino.
Es posible que alguna vez hayamos tenido la sensación de haber podido predecir un hecho, como si una vez ha ocurrido nos diéramos cuenta de que no supimos leer las líneas de la mano que marcaban ese destino. No creo en un destino escrito que, implacablemente, guía nuestros pasos pero sí en una causa-efecto, es decir, toda acción realizada produce un efecto, pero creo que esa acción, en sí misma, no es causa y efecto a la vez y no viene determinada  por algún hecho ocurrido anteriormente.
Quién no ha oído hablar de Nostradamus, posiblemente el más famoso profeta y de su libro "Las verdaderas centurias astrológicas y profecías", parece que Nostradamus era poseedor del don de la profecía, lo cierto es que nadie ha sido capaz de vaticinar el mensaje oculto de sus versos, al menos no hasta que los hechos ya han ocurrido, en otras palabras, después de observar  lo ocurrido se ha procedido a una libre y tendenciosa interpretación para hacer coincidir los acontencimientos con sus premoniciones.
La procrastinación consiste en posponer algo que debe ser hecho sustituyendo dicha acción por algo más sencillo, agradable o de menor importancia, siendo la acción postergada algo que consideramos difícil o peligroso o aburrido o estresante o en definitiva, de alguna forma encontramos algo con lo que justificar su posposición.
Si mezclamos procrastinación y determinismo obtendremos inmovilismo.
No creo que haya un destino escrito y no creo que haya mensajes de advertencia sobre lo que está por venir, soy más afín a la teoría del caos dónde pequeñas variaciones ahora pueden implicar grandes cambios en el futuro, creo en la libertad del individuo, creo que nuestros actos tienen consecuencias y creo que únicamente nuestra acción puede variar nuestro estado, en otras palabras cada uno de nosotros somos dueños de nuestro destino y únicamente de cada uno de nosotros depende cambiarlo.











Un instante vivido
Una vida por vivir
Nos bebimos las horas
Aborrecimos el tiempo
La lluvia nada decía
Fueron frases muertas
De un corazón muerto
Pero el sol siempre sale
Para quién quiera verlo

No hay comentarios:

Publicar un comentario